18 enero 2007

Roca

Silvaplana

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Dice Nietzsche en Ecce homo:

"Voy a contar ahora la historia del Zaratustra. La concepción fundamental de la obra, el pensamiento del eterno retorno, esa fórmula suprema de afirmación a que se puede llegar en absoluto, -- es de agosto del año 1881: se encuentra anotado en una hoja a cuyo final está escrito: «A 6.000 pies más allá del hombre y del tiempo». Aquel día caminaba yo junto al lago de Silvaplana a través de los bosques; junto a una imponente roca que se eleva en forma de pirámide no lejos de Surlei, me detuve. Entonces me vino ese pensamiento."

Vaya por delante que no he leído ni Zaratustra ni Ecce homo. Vaya por delante que yo no tendría que haber estado en Silvaplana si no hubiera sido por tristes acontecimientos.

Puesto que hay personas que hubieran podido explicar mil veces mejor que yo toda esta historia yo me limitaré a describir cómo fue mi encuentro con la roca, una roca que no pasa desapercibida al caminante.

Sils-María desde el Corvatsch

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Sils-María es una pequeña franja de tierra entre dos lagos. Un pequeño pueblo que no sabe hacia dónde mirar. Si uno se pone en el centro podría girar trescientos sesenta grados diciendo: Agua, Montañas, Agua, Montañas. En ese orden y en mayúsculas. Para descansar la vista de tanta belleza solo cabría alzar la vista, pero entonces la boca se llenaría de la palabra "Cielo".

Desde Sils-María, donde Nietzsche pasó sus últimos veranos, hay un bonito paseo (digo uno, pero hay mil) entorno al lago de Silvaplana camino a las faldas del imponente Pico Corvatsch.

La roca de la que habla Nietzsche se encuentra efectivamente a la orilla del lago de Silvaplana, es la única que rompe la frontera que separa el agua del camino. Si su situación es curiosa, más lo es su forma, una pirámide que reclama la atención como un acento en el paisaje.

El lugar (y no es por quitarle mérito a Nietzsche) anima a la reflexión. La mirada queda atrapada en el paisaje, pero al mismo tiempo nada la retiene, tal es su grandeza. Montañas inabarcables, reflejos caleidoscópicos en el agua, nubes metamorfoseantes, sólo esa roca, ahí puesta, como un pequeño icono puede ser largamente observada. Y así lo hice, y mi mirada seguirá allí eternamente, a 6.000 pies más allá del hombre y del tiempo.

la roca de Nietzsche

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12 Comments:

Blogger Ripio Suelto dijo...

Sara... tustra.

zzjzigkr
zimodónon zhefio, juglante zumbar ignigenio granea krisolitos rúmulos.

(con esas letras de mierda que otra cosa podía hacer?).

19/1/07 17:34  
Blogger EFEjota dijo...

la leche, menudo sitio es Silsmaria.

Yo el Saratumba me lo intenté leer hará unos ocho años, pero me quede en la página 200 y he de reconocer que no le saqué ningún jugo, si acaso dos o tres gotas de sabor amargo. Ahora con más perspectiva creo que no fué un buen comienzo con Federico, demasiado simbólico todo para empezar a conocerle.

xlqah:
xi lo que ansias hubiese...

blelhoav: ¿no le gustó, veamos otro?
bien liquidos están los huevos, otro antes volo.

19/1/07 19:44  
Anonymous Anónimo dijo...

En cambio por suerte yo empecé por El Anticristo (tenía apenas 14 o 15 años), un libro concreto, ágil, desprovisto de ese lenguaje metafórico, ampuloso y pontificante que tiene Así hablaba Z.
Creo que ese libro fue el primer mazazo que provocó la grieta que años más tarde se convirtió en el derrumbe de mi creencia en dios y en la metafísica toda.

uubaj:
un ukelele bibra, antena judaica.

20/1/07 02:22  
Anonymous Anónimo dijo...

JORGE LUIS BORGES
LA DOCTRINA DE LOS CICLOS

En Historia de la eternidad, Madrid, Alianza Editorial, 1978, págs. 81-94


Esa doctrina (que su más reciente inventor llama del Eterno Retorno) es formulable así:

El número de todos los átomos que componen el mundo es, aunque desmesurado, finito, y sólo capaz como tal de un número finito (aunque desmesurado también) de permutaciones. En un tiempo infinito, el número de las permutaciones posibles debe ser alcanzado, y el universo tiene que repetirse. De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo cursaras todas las horas hasta la de tu muerte increíble. Tal es el orden habitual de aquel argumento, desde el preludio insípido hasta el enorme desenlace amenazador. Es común atribuirlo a Nietzsche.
(...)
Cantor destruye el fundamento de la tesis de Nietzsche. Afirma la perfecta infinitud del número de puntos del universo, y hasta de un metro de universo, o de una fracción de ese metro.
(...)
El roce del hermoso juego de Cantor con el hermoso juego de Zarathustra es mortal para Zaratustra. Si el universo consta de un número infinito de términos, es rigurosamente capaz de un número infinito de combinaciones -y la necesidad de un eterno retorno queda vencida. Queda su mera posibilidad, computable en cero.
(...)
Escribe Nietzsche, hacia el otoño de 1883: Esta lenta araña arrastrándose a la luz de la luna, y esta misma luz de la luna, y tú y yo cuchicheando en el portón, cuchicheando de eternas cosas, ¿no hemos coincidido ya en el pasado? ¿Y no recurriremos otra vez el largo camino, en ese largo tembloroso camino, no recurriremos eternamente? Así hablaba yo, y siempre con voz menos alta, porque me daban miedo mis pensamientos y mis traspensamientos.
(...)
Es verdad que Nietzsche ha indicado, en memorable página, el preciso lugar en que la idea de un eterno retorno lo visitó: un sendero en los bosques de Silvaplana, cerca de un vasto bloque piramidal, un mediodía del agosto de 1881 - “a seis mil pies del hombre y del tiempo”. Es verdad que ese instante es uno de los honores de Nietzsche. Inmortal el instante, dejará escrito, en que yo engendré el eterno regreso. Por ese instante yo soporto el Regreso (Unschuld des Werdens, II, 1308).
(...)
Una incertidumbre final, esta vez de orden metafísico. Aceptada la tesis de Zarthustra, no acabo de entender cómo dos procesos idénticos dejan de aglomerarse en uno. ¿Basta la mera sucesión, no verificada por nadie? A falta de un arcángel especial que lleve la cuenta, ¿qué significa el hecho de que atravesamos el ciclo trece mil quinientos catorce, y no el primero de la serie o el número trescientos veintidós con el exponente en dos mil? Nada, para la práctica -lo cual no daña al pensador. Nada para la inteligencia -lo cual ya es grave.

Jorge Luis Borges
1934, Salto Oriental

20/1/07 02:25  
Anonymous Anónimo dijo...

NIETZSCHE. EL PROPÓSITO DE «ZARATHUSTRA»
Jorge Luis Borges
La Nación, Buenos Aires, 15 de octubre de 1944

Nadie ha podido no observar que el más ilustre de los libros de Nietzsche (no el más complejo ni el mejor, ciertamente, es una imitación formal de los textos canónicos orientales; nadie, que yo sepa, ha agotado la significación de ese rasgo.
(...)
Muchas contrariedades presenta Así habló Zarathustra: una sitaxis de aficiones arcaicas y un vocabulario neológico, la máxima energía y la máxima vaguedad, la inextricable ambigüedad del sentido y la pompa de la dicción. Enseñar a los hombres la doctrina del Superhombre, enseñar a los hombres la doctrina del Eterno Retorno, son los dos propósitos capitales de ese «libro para todos y para nadie». La ejecución del primero es equívoca: ciertos pasajes (verbigracia, el que afirma que el hombre será al Superhombre lo que el mono es al hombre) parecen predecir una futura especie biológica; otros, un europeo que se abstiene del cristianismo. No menos problemático es el caso del segundo propósito. Según la doctrina del Retorno, la historia universal es interminable y periódica; renacerán en otro ciclo los hombres que ahora pueblan el orbe, repetirán los mismos actos y pronunciarán las mismas palabras; viviremos (y hemos vivido) un número infinito de veces. Nietzsche pondera la casi intolerable novedad de esa conjetura; su ponderación comporta un misterio, si consideramos que Nietzsche, autor de un libro sobre el pensamiento metafísico de los griegos, no pudo no saber que los estoicos y los pitagóricos ya habían enseñado el Retorno.
(...)
Friedrich Wilhelm Nietzsche, antiguo profesor de filología en las aulas helvéticas, se creyó el apóstol, o fundador, de la religión del Retorno; esperó que el secreto porvenir la enriquecería de prodigios, de venturas, de adversidades, de mártires, de teólogos, de heresiarcas, de entusiasmos, de dogmas, de bibliotecas. No razonó, afirmó; sabía que remotos apologistas vindicarían cada una de sus palabras. Condescendió a un libro más pobre que él; presintió que otros suplirían lo que él callaba.

20/1/07 02:28  
Blogger Alberto Rodríguez dijo...

Por favor, ¡pero qué inculto soy!...

ihegn:
iba hacia Estocolmo generando necesidades.

20/1/07 13:48  
Blogger Ripio Suelto dijo...

no te preocupes, yo también. Los que son cultos son mi biblioteca y mi disco rígido, pero a mí en la cabeza no me queda nada XDDD

kgkhcza
Kamchatka ganó, Kenia hizo combate zurdo ¡armas!

20/1/07 17:44  
Blogger EFEjota dijo...

¿es indiferente la vuelta de la rueda en la que estemos?¿la eternidad del retorno funcioa también hacia atras?¿tiene sentido hablar del número de ciclo de la serie? Cuantas veces he escrito esto ya. No, la verdad es que no importa mucho. No a mi al menos. Puede que sí le importe al YO que formamos todos los yo que pasamos en cada ciclo (si es que tal entidad existe).

Te recomiendo que te leas, si no lo has hecho, los dos primeros capítulos (no llega a dos páginas) de la primera parte de La Insoportable Levedad del Ser, de Milan Kundera.

El eterno retorno es temible porque nos condena a reiterarnos en todos nuestros errores una y otra vez. Todas las felonías y despropósitos que cometamos serán repetidos en la eterna rueda del eterno retorno. Si lo vivido es agua pasada, los errores son pecata minuta, pero, ¿cómo atreverse a mover un dedo, a tomar una decisión que ha de repetirse para siempre?

tldfgi:
Te lo dije, fue Graham Imbrenhasig

20/1/07 19:00  
Blogger sara olmos dijo...

no, aro, tú haz como yo, pon cara de entender lo que dicen y de vez en cuando suelta algo como "ah no, eso es irrelevante según la teoría mesozoica" Y ya está.
:p

svmwzlgk:
su voz muda, wagneriana, zanziberiana, la gastó Kafka.

20/1/07 22:39  
Blogger Alberto Rodríguez dijo...

No sé, creo que me he equivocado escogiéndoos como amigos...
Tendría que haber hecho peñita con Whiteblaizer, X-Alien y Mayhem. Por lo menos hablando con ellos me siento medianamente inteligente :P

dfgfgvk:
David fingía grotescamente.Fingía grotescamente ventosidades kiloherzianas.

21/1/07 11:06  
Blogger Ripio Suelto dijo...

XD aro, dejáte de joder...

Una incertidumbre final, esta vez de orden metafísico. Aceptada la tesis de Zarthustra, no acabo de entender cómo dos procesos idénticos dejan de aglomerarse en uno. ¿Basta la mera sucesión, no verificada por nadie?

Borges era un tipo jodidamente burlón, irónico, provocador, que disfrutaba creando laberintos y reflejos falsos para confundir a la gente. Se reía de ello tanto como se reía de sí mismo.
No hay dudas de que él nunca confundió el juego poético con la metafísica autentica, y no creo que pretendiera que sus tesis poéticas fueran conocimiento cierto.
En el párrafo que transcribí, da una clave de eso, él mismo niega con un argumento consistente su propia teoría del eterno retorno o el tiempo cíclico que todo lo repite (suya propia o suya a través de Shopenahuer - Nietzche).

Pensar que el universo se repite en ciclos infinitos no parece muy racional ni posible. Pero es una hermosa visión poética.

Excepto lene, que consideres que esto está en contra de la teoría mesozoica, claro.

qpfraf:
que pudiéramos freír ravioles atraería festines

21/1/07 18:45  
Blogger Unknown dijo...

Aro yo tampoco me he leído esos libros ¿te juntas conmigo?

23/1/07 12:31  

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