Erotismo
Este viaje he descubierto a Bernini. Más bien debería decir que lo he redescubierto, porque conocerlo lo conocía, pero en estos días he tropezado con sus obras, me lo he encontrado en cada esquina, entre pizzerias y tiendas de ropa -porque Roma, además de Berninis que alimentan la vista, tiene que subsistir con otro tipo de alimento-. Estos días he paseado por sus espacios en contradicción: de adentro afuera, en interiores hechos plazas y plazas como grandes salones, con curvas esquizofrénicas y rectas con doble personalidad, pero sobre todo he paseado la mirada por sus esculturas.
Con la intención de disfrutar un poco más de del mármol cálido de Bernini fui al Museo Borgese, un lujoso palacio en medio de un parque que lleva su nombre (Borgese, no Bernini), donde viven en su eterna postura varias de sus joyas (de Bernini, no de Borgese).
La primera sorpresa (y no de las buenas) es que en el museo Borgese no dejan hacer fotos. Entiendo que fotos con flash no dejen hacer, pero el prohibir introducir la cámara para buscar los propios encuadres, las interpretaciones personales al margen de las estereotipadas postales, hizo que comenzase la visita con el gesto torcido. Un gesto parecido al que asomaba por la boca del David de Bernini, que apretando los labios y con el ceño fruncido, parecía solidarizarse con mi silenciosa protesta.
Observando el David lo primero que me impresionó fue la virguería técnica, la precisión de las formas, el tratamiento de las texturas... Pero dos salas más allá me esperaba lo mejor: la piedra hecha carne, el erotismo al alcance de los dedos. La fuerza y la sensualidad del encuentro, dos cuerpos unidos en un gesto violento y tierno al mismo tiempo: Plutón hundiendo las yemas de sus dedos en el muslo de una Proserpina asustada y leve.
Y allí, parada ante esas sensaciones, deseando tener mi cámara para capturar ese momento, lo único que me quedaba era mi cuardernito y un mínimo lápiz con el que garabatear lo que veía. De pie, incómoda por alguna mirada extraña que se rezagaba en mi hoja, hice una miseria de dibujo que ni siquiera di por terminado avergonzada por la imposibilidad de representar todo aquello.
En internet, cómo no, he encontrado fotos de esa mano vigorosa, algunas son oficiales y otras muchas vienen de cámaras ladronas que se adentraron en aquella sala para retener ese momento apresado desde hace siglos en el mármol. Una de ellas es la que pongo para ilustrar este post.
Proserpina, que viene del latín proserpere, ‘emerger’, está ahora mismo en una sala recargada en un Parque romano, brotando eternamente entre los brazos de Plutón.
Yo, con mi mirada como única cámara, me he quedado allí también atrapada en las raíces que me enredaron en su mármol.
Con la intención de disfrutar un poco más de del mármol cálido de Bernini fui al Museo Borgese, un lujoso palacio en medio de un parque que lleva su nombre (Borgese, no Bernini), donde viven en su eterna postura varias de sus joyas (de Bernini, no de Borgese).
La primera sorpresa (y no de las buenas) es que en el museo Borgese no dejan hacer fotos. Entiendo que fotos con flash no dejen hacer, pero el prohibir introducir la cámara para buscar los propios encuadres, las interpretaciones personales al margen de las estereotipadas postales, hizo que comenzase la visita con el gesto torcido. Un gesto parecido al que asomaba por la boca del David de Bernini, que apretando los labios y con el ceño fruncido, parecía solidarizarse con mi silenciosa protesta.
Observando el David lo primero que me impresionó fue la virguería técnica, la precisión de las formas, el tratamiento de las texturas... Pero dos salas más allá me esperaba lo mejor: la piedra hecha carne, el erotismo al alcance de los dedos. La fuerza y la sensualidad del encuentro, dos cuerpos unidos en un gesto violento y tierno al mismo tiempo: Plutón hundiendo las yemas de sus dedos en el muslo de una Proserpina asustada y leve.
Y allí, parada ante esas sensaciones, deseando tener mi cámara para capturar ese momento, lo único que me quedaba era mi cuardernito y un mínimo lápiz con el que garabatear lo que veía. De pie, incómoda por alguna mirada extraña que se rezagaba en mi hoja, hice una miseria de dibujo que ni siquiera di por terminado avergonzada por la imposibilidad de representar todo aquello.
En internet, cómo no, he encontrado fotos de esa mano vigorosa, algunas son oficiales y otras muchas vienen de cámaras ladronas que se adentraron en aquella sala para retener ese momento apresado desde hace siglos en el mármol. Una de ellas es la que pongo para ilustrar este post.
Proserpina, que viene del latín proserpere, ‘emerger’, está ahora mismo en una sala recargada en un Parque romano, brotando eternamente entre los brazos de Plutón.
Yo, con mi mirada como única cámara, me he quedado allí también atrapada en las raíces que me enredaron en su mármol.
8 Comments:
"la piedra hecha carne". Qué acertada expresión.
Ese asunto de la cámara es una canallada. Nos han privado de tu mirada sobre Bernini. Es un problema endémico hoy día, el arte en manos de empresarios que obviamente actuan como empresarios. Y quienes podrían poner orden y equilibrar intereses se situan a los pies de los estos y dictan leyes a su medida. Por suerte, los verdaderos artistas no os sentais a esperar subvenciones y si hace falta retrocedéis en el tiempo, al lapiz, al papel, a la tablilla de arcilla si hace falta para intentar atrapar ese momento. Te imagino en esa sala de la Borgese al lado del Rapto con una piedra de idéntico tamaño en bruto marmol blanco, y una pequeñita Lene tomando notas a cincel sobre la pidera, al lado de la obra del maestro mientras atardece en los ventanales.
Despues de esta ristra de piropos no podrás negarte si te pido que nos enseñes ese dibujo que hiciste...
Esa foto da más bien la sensación de ser un dibujo (hiperrealista, eso sí). ¿Quizá por haberla pasado a grises?
Bueno, que te voy a decir, ¡¡ a mi también me encanta la escultura de Felini!! (:-P
fnfqqf: finalmente no fuiste, ¿quién quiere festejarlo?
XDDD
Pero no es Fellini, es Fetuchini.
Yo coincido en que (perdón, digo que coincido con lo que yo pienso) que el tío Berni (algún día contaré la historia de mi apellido y mis parentescos ilustres, que lo incluyen a Berni y a Miguel Angel, que no era Buonarotti sino Novero), bueno! a ver si me dejo de interrumpirme! Que tío Berni superó a Miguel Ángel (quién ha sido, justamente, citado en este mismo post), quién a su vez -dicen los que entienden- superó a Fidias. A Fidias le dio envidias.
ovsgjw
quise decir Fetuccini... :(
(quiero comentarios editables!).
aavswbv
EFEjota!!
¿qué no entendió exactamente de "un dibujo que ni siquiera di por terminado avergonzada por... etc"?
XDD
Así que muchas gracias por los piropos pero debo negarme a su petición, el boceto queda guardado bajo siete candados. ¿la llave? sí, claro: debajo del felpudo a la derecha, junto a la macetita de geránios, los rojos no, los blancos, eso... ahí. (debo aprender a cerrar la boca a tiempo, XDD)
Ripio, XD... Fetuccini!! qué gran creación de la humanidad, dejémonos de esculturas y tonterías y celebremos la llegada de los fetuccini!!
Parece que se estableció la tradición de escribir la palabra clave que pide ese código secreto que algo nos quiere decir. El mío ahora es:
ardagtt:
aclara rápidamente dudas al gato ¡tiene tortícolis!.
(yo creo que algo falla, XD)
lo mío es el spagetti. Me gusta enrollarlos usando una cuchara como ayuda y hacer slurrrp con el que -siempre- queda colgando, y llenarme la barbilla de salsa al fungi.
Creo que Bernini estaría muy contento de que una de sus obras nos haya inspirado esta charla sobre pastas italianas.
Está muy buena esta versión de cadáveres exquicitos que nos han propuesto tu blog y EFEjota :)
etiitgla:
es tarde... imagina ingentes tirabuzones. Gracias! (la autora).
por esta imagen llegué a tu blug
C'era fra noi un gioco d'azzardo
ma niente ormai nel lungo sguardo
spiega qualcosa
forse soltanto
certe parole sembrano pianto
sono salate, sanno di mare,
chissà, tra noi, si trattava d'amore...
Ma non parlo di te, io parlo d'altro
il gioco era mio, lucido e scaltro...
io parlo di me, di me che ho goduto,
di me che ho amato
e che ho perduto...
e trovo niente da dire o da fare
però tra noi si trattava d'amore...
C'era fra noi un gioco d'azzardo,
gioco di vita, duro e bugiardo
perchè volersi e desiderarsi
facendo finta d'essersi persi...
adesso è tardi e dico soltanto
che si trattava d'amore,
e non sai quanto...
(Paolo Conte)
me traes colores y música, qué alegría ... ¿anónimo-henry? Más bien me traes nuevos colores llenos de imágenes y me descubres música preciosa, muchas gracias. También gracias a bernini, a su plutón y proserpina, que hicieron que te acercases por aquí, de la pampa a roma y de roma a madrid. (esto parece el juego de la oca y tiro porque me toca) :p
Un beso.
ke lindo, pero.. ke lindo es todo este mundo. si, si, sí!... espero que haya mejorado tu salud. la vida es azarosa, ademas de maravillosa y sobretodo sorpendente. si soy yo, mejor dicho una de mis personalidades emergentes. has visto que no es necesario identificarse para saber quien está del otro lado? hasta luego. un beso.
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