15 abril 2007

105

El 105 fue siempre un indeciso.

Su primera bici lució el ruedín izquierdo hasta que cumplió los
15 años, tanto miedo le daba dar ese paso (...o "pedalada", como él mismo se plantearía tantas veces).

El día de su boda, el 105 tardó
15 minutos en responder a la pregunta para la que tanto había ensayado: sí quiero, sí quiero. Aquel día, ante la mirada atónita de los presentes, sonó un sí, supongo.

En el bar en el que comía a diario le tenían preparada la sopa, una merluza y una copita de vino tinto
deje usted aquí la botella porque un día decidió que eso iba a comer y para qué volver a pensarlo, se dijo; tenga 15 euros y quédese con el cambio, no, mejor démelo, no, da igual...

El día en que el 105 dejó este mundo hubo mucho revuelo. Hasta
15 veces pronunció sus últimas palabras, y sólo "no espera, esas no" fueron realmente las últimas que salieron de su boca.

El 105 nunca supo que un escultor tan indeciso como él le iba a dedicar esta escultura... ¿o quizá no fue así?



105
.

2 Comments:

Blogger EFEjota dijo...

¡qué bueno! y lo que me he reído. Te ha sentado muy bien la transmutación en pixels

ncptanq:
no cojas panes tan alegremente, no quedan.

16/4/07 10:11  
Blogger sara olmos dijo...

Pues al 105 no le hizo gracia, o sí, quién sabe.

:)

jcteucka:
jugos cítricos tomaste en una cuchara kafkiana ayer.

16/4/07 16:41  

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